Cuando era pequeña esperaba con ánimos la llegada de agosto porque era el mes de las vacaciones, pero todo cambió hace dos año. Desde el 2005, por razones tesisticas, me he tenido que quedar en Caracas y por eso este mes ha perdido su magia.
Extraño mis vacaciones en Cumaná, la playa, los juegos infantiles y la libertad que tenemos cuando somos niños.
Realmente este mes me recuerda que he crecido, que mis gustos han cambiado y la vida ya no es jugar "stop" y "muñeco" en el medio de la calle. Así que no me queda otra que recordar esos buenos tiempo y disfrutar en lo porsible mis nuevos agostos.
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